Historia

Aimara, la nena que desafió todo en la pandemia y pasó a segundo grado con la mejor calificación

Aimara tiene 7 años, tiene Síndrome de Down y logró hacer primer grado en una escuela integrada pese a los desafíos que le puso la pandemia. Este jueves es el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y en su colegio la toman como ejemplo.
miércoles, 2 de diciembre de 2020 18:00
miércoles, 2 de diciembre de 2020 18:00

Querer es poder. Aimara Orellano tiene 7 años de edad y tiene toda la fuerza para querer superar los desafíos que le pone la vida. Cuando nació su mamá se llenó de temores porque no sabía cómo haría para que la pequeña pudiera enfrentar la vida con Síndrome de Down. Pero con el correr del tiempo, le demostró que sí podía y quería hacerlo.

Esta semana, se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, y justo en este contexto su mamá recibió con orgullo la libreta de calificaciones de su hija que le indica que no solo pudo pasar de primero a segundo grado de la escuela Gabriela Mistral sino que además lo hizo con la calificación LA (Logrado con Autonomía) que equivale a 9 o 10 en varias materias.

"Ella llegó después de 10 años que habían pasado desde mi último hijo. Nació el 29 de agosto de 2013 y no sabía que tenía Síndrome de Down", comenzó relatando, su mamá, Carina Muñoz a Diario La Provincia SJ. 

Luego de un par de estudios, lograron confirmar que era ese diagnóstico y rápidamente fueron hasta ARID, Asociación para la Realización e Inclusión de las personas con Discapacidad, para saber cómo debían tratarla y educarla. "Me atiende la directora y me quiebro. Me pongo a llorar y me preguntó 'que te angustia mamá'. Y le dije lo que me preocupaba qué iba a ser de ella cuando yo ya no esté. Entonces me preguntó si yo sabría qué iban a hacer mis otros hijos cuando yo no estuviera y entendí", expresó.

Desde ese día supieron que el rol de ellos como padres era acompañar al igual que toda la familia. "Nunca la vimos como Down. La tratamos como cualquier chico. La aceptación empieza por casa. No la hemos tratado distinto y no hemos permitido términos despectivos para con ella como cuando se dice 'pobrecita'. Ella es una nena muy inteligente e independiente", agregó.

Así fue como se crió y logró hacer el jardín de 3 en un maternal y el de 4 y de manera integrada en el Justo José de Urquiza. Luego ingresó al jardín de la escuela Gabriela Mistral, en calle 8 y General Acha, y el resultado sorprendió a todos. Pudo integrarse a sus compañeros y ellos a ella. Pero este año le tocó un desafío mayor: poder hacer primer grado sin el acompañamiento físico de sus maestras ni de sus compañeros por las limitaciones que impuso la pandemia.

Allí estuvieron sus padres y hermanos para sacarla adelante y demostrar que sí se puede: "Aimara fue 2 semanas a la escuela como la mayoría de los chicos, su grupo de compañeros son los que dejó en jardín y no tuvo tiempo de adaptarse. Al principio la escuela manejó muy bien el tema del coronavirus, con videos y con cosas. A ella le llega mucho lo visual, así que trabajé mucho con imágenes y todos los recursos visuales. Ella se ha concientizado que estaba el bichito, que estaba en el aire y no lo ha llevado tan angustiante. Ahora no sabemos cómo va a hacer cuando tenga que volver a la escuela".

Aimara recibía las guías de sus señoritas y junto a su mamá iba aprendiendo cómo hacerlas. Le puso mucho esfuerzo y dedicación para hacer las cosas bien y logró alcanzar esas metas. Lo que más le costó fue gimnasia y plástica, pero con mucha constancia las fue llevando y esas materias fueron con las que  obtuvo Logrado.

Ahora la familia ya piensa en las clases del año que viene y que su objetivo será enfrentar el postpandemia con las clases y educación como la base para crecer y seguir integrándose. 

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