Educación y pandemia

Comunidad educativa de Guanacache, entre la preocupación por el covid y la mala señal telefónica

Aseguran que la señal telefónica es muy inestable y que los alumnos pudieron seguir trabajando en sus casas gracias a que se encargaron de repartir de forma impresa y semanalmente las guías correspondientes.
sábado, 17 de abril de 2021 16:56
sábado, 17 de abril de 2021 16:56

Ser maestra rural sin dudas siempre ha sido un desafío a la vocación, pero en tiempos de pandemia las falencias se agudizaron y dejaron al descubierto problemas que afectan la enseñanza. Esta es la realidad de la Escuela Olegario Víctor Andrade, ubicada en Huanacache, Sarmiento. 

Si bien manejando desde la capital sanjuanina se llega al lugar en menos de hora y media, los docentes aseguran que se sienten "muy lejos". Es que según revelaron en diálogo con Diario La Provincia SJ, no tienen una buena señal telefónica que les permita contactar con sus alumnos ni con el ministerio y con cada lluvia se quedan sin poder asistir debido a los badenes con arrastre que se forman en el camino.

"No es muy lejos pero no tienen transporte público ni servicios de telefonía estable. A veces hay señal y a veces no, así que quedamos incomunicados. Tenemos 18 chicos en total que se dividen entre nivel inicial y primaria, en turno mañana. Este año van todos los días salvo los miércoles, que es el día en el que atendemos solamente a los chicos que quedaron con contenidos por incorporar del año pasado", relató la directora Cristina Ontiveros.

Si bien en la zona no hay escuela secundaria, sí hay chicos que se trasladan hacia otras localidades de Sarmiento para estudiar y que necesitan de una conectividad para cumplir con sus tareas. "Hay chicos que van al secundario y nos piden ayuda para conseguir la información para sus tareas. Yo vivo en el centro así que les decimos que nos manden lo que necesitan y cuando llego a mi casa les descargo la información y se los llevo al otro día".

La conectividad no es el único problema, tampoco cuentan con un camino acondicionado que les permita llegar hasta la institución. "En días de lluvia hemos tenido que dejar de asistir. Directamente no se puede pasar por la creciente en los badenes. Este mismo año nos pasó que habíamos suspendido un día y al otro intentamos cruzar pero una de las maestras terminó desbarrancando. Desde ahí decidí que si no estaban las condiciones no podíamos acceder porque verdaderamente arriesgamos nuestra vida. Hace unas pocas semanas llovió, lo arreglaron y a los pocos días no se podía pasar por los médanos que se habia formado, incluso se rompió el eje de un camión de Arquitectura. ¡Y nosotras vamos en nuestros autos chiquitos!", resaltó Ontiveros.

Educación rural y coronavirus
El 2020 fue muy particular y pese a que en todo el año no tuvieron casos en la zona, debían respetar la norma de la virtualidad. "Tuvimos varios problemas. Por un lado, la única forma de comunicarnos era por whatsapp y el wifi es impensado en el lugar. No todos los papás tenían el dinero para cargarle datos a los teléfonos y los chicos no tenían forma de descargar las guías. Por otro lado, por lo general, hay muchos niños por familia y todos necesitaban el celular que seguramente era del padre, para hacer las tareas. Imagínense cuatro pequeños tratando de utilizar el mismo equipo. Para colmo muchas veces sin tener una señal que sirva ni siquiera para descargar una guía por whatsapp", agregó la directora.

Para poder hacer frente a estas necesidades tuvieron que implementar otras medidas. "Decidimos entregar todas las guías en formato papel. Los lunes iban los papás a retirarlas, siempre con los protocolos. Ese mismo día nos llevaban los trabajos que hacían los chicos la semana anterior".

Este año, si bien las clases son presenciales se tuvieron que enfrentar a un nuevo problema: el miedo de los padres. "Cuando hicimos las reuniones iniciales de este año, los papás nos dijeron que les hablábamos de los cuidados que tenían que tener, pero que las que llegábamos de afuera y de lugares en donde estaba el virus éramos nosotras. Por eso extremamos los cuidados, porque es una localidad pequeña, sin mucho contacto con otras localidades y nos daba mucho miedo ser quienes los contagiáramos".

Pese a los cuidados, el virus ya entró en la zona. "En los últimos días ha habido casos de coronavirus en los diferimientos y tenemos papás de alumnos que han dado positivo. Es que es la época de la cosecha de aceituna y ahí sí se junta gente de todos lados. Así que si bien estamos trabajando presencialmente, seguimos adoptando la modalidad del año pasado y les decimos que si algo pasa, ellos tienen las guías para seguir trabajando en casa. Si bien le tengo miedo al COVID, soy una defensora de la presencialidad. La escuela es la única salida que tienen ellos de su casa, y son niños que no faltan nunca, tienen mucho incentivo por asistir", sentenció la directora.


 

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