Historias

16 años sin Romina Chirino: homenaje con un cartel y Sarmiento sumará asistencia a víctimas de siniestros viales

Este viernes, el nombre de la joven que murió tras un siniestro vial cuyo juicio generó polémica en San Juan será recordado en un cartel en Sarmiento, como parte de la campaña de Familias del Dolor y la Esperanza.
jueves, 24 de septiembre de 2020 17:18
jueves, 24 de septiembre de 2020 17:18

La emoción, el recuerdo y el pedido permanente de justicia se unirán este viernes para recordar a Romina Chirino, la joven que murió tras ser chocada por un motociclista que quiso manosearla. Hubo un detenido, un proceso judicial polémico y una condena que dejó indignación en su familia. A 16 años del hecho, sus papás son parte de "Familias del Dolor y la Esperanza" y la recordarán con la colocación de un cartel vial sobre calle Barboza, frente a OSSE, en el departamento Sarmiento. El acto será a las 17:45 hs. y el intendente Mario Martín anunciará la creación de un centro de asistencia a las víctimas de siniestros viales.

Se trata del primer departamento en formalizar un pedido y proyecto de Familias del Dolor y la Esperanza que impulsa que las familias de las víctimas tengan un asesoramiento social, legal, administrativo y psicológico para afrontar el gran dolor de perder a un ser querido. Es que el gran número de casos en nuestra provincia están conectados por la falta de una guía adecuada que lleva a perder tiempo valioso en los procesos legales, dilata o frustra el cobro de seguros de vida y perjudica a los familiares que sólo quieren justicia.

En tanto, el cartel con el logo de Familias del Dolor y la Esperanza con el nombre de Romina es parte de la campaña de la asociación civil para generar conciencia sobre la pérdida de vida en siniestros viales y en Sarmiento, el hecho será declarado de Interés Departamental. La realización de los carteles cuenta con el apoyo de Vialidad Provincial. 

El caso de Romina Chirino fue tristemente emblemático en ese sentido. Romina Chirino tenía 16 años cuando el 27 de marzo de 2004, a la salida de un boliche, la muerte ensombreció todo. Iba caminando junto a un amigo a la vera de Ruta 40 y a poco más de media cuadra de calle Barboza sufrió una brutal caída. Ricardo “Piri” Gómez iba en la misma dirección a bordo de una moto y, según aseguraron testigos, quiso tocarle la cola. La maniobra le valió una embestida que hizo que Romina perdiera el equilibrio y su cabeza diera contra el pavimento. Nunca más despertó.

Tras pedidos de justicia, marchas y reclamos, el juicio a Gómez se realizó y tuvo una sentencia que agregó más dolor a los Chirino. Fue condenado a 3 años de prisión fuera de la cárcel y 5 de inhabilitación para conducir por "homicidio culposo sin intención" ya que no se consideró el pedido de la familia para juzgarlo por “abuso sexual seguido de muerte” y sí se valoró que Romina iba por la calle (no a la vera) y en el mismo sentido del tránsito, es decir que estaba en infracción.

La previa estuvo plagada de cuestionamientos ya que incluso se afirmó que efectivos de Comisaría 8º habían movido el cuerpo de la joven tras la muerte y que Gómez nunca quiso abordarla en una maniobra de abuso.

"Ella no tuvo justicia. Esta es una lucha que no termina más, un dolor que no se va. Solo nos queda aprender a vivir con su ausencia que nos va a pesar hasta el último día. Cuando nos arrebatan un hijo, perdemos la noción del tiempo. La muerte de Romina, para mí, es como si hubiese pasado ayer. Sólo me doy cuenta del paso de los años cuando miro a mis otros hijos que eran chicos cuando nos pasó todo esto. Fue una vergüenza el juicio y mucho más que ese hombre siga manejando.Hace poco atropelló y abandonó a un hombre, viudo y padre de 6 hijos. Podría haber muerto si no lo ayudaban. Eso me hizo recordar todo y la indignación por la impunidad con la que se maneja es inmensa", afirmó Clara Chirino, mamá de Romina, a Diario La Provincia SJ.

Pese a todo, Clara y su familia se solidarizan con quienes están en su misma lucha. Van a marchas, se preocupan por llamarlos por teléfono, los visitan o incluso los invitan a su casa para que hablen. "No se si se avanzó mucho aunque ahora "Familias del dolor y la esperanza" trabajan para que todos nos unamos. Es que es muy difícil relacionarse con personas destruidas por una tragedia. La gente no sabe qué decir; cómo ayudar y aparece la soledad de la lucha. Recuerdo que peregrinaba por varios lugares para que todos recibiéramos asistencia psicológica. A veces, en las sesiones, la psicóloga lloraba conmigo. Una gran deuda pendiente es contar en un primer momento con esa asistencia porque la desesperación nos invade. Caemos en un pozo del que hay levantarse por uno y los que quedan", manifiesta.

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