Historia

Payamédicos en tiempo de coronavirus: "abrir el placard y ver el traje colgado, es muy triste"

Los payamédicos sanjuaninos no pueden realizar las tareas de acompañamiento que venían concretando hasta antes que comenzara la pandemia.
viernes, 16 de octubre de 2020 17:03
viernes, 16 de octubre de 2020 17:03

Llevan alegría, transmiten fuerza y generan energía. Los payamédicos se formaron para ayudar a quienes atraviesan un difícil momento de sus vidas con la salud flaqueando. Sin embargo en esta época de cuarentena por coronavirus, se vieron impedidos de poder ir a los hospitales a visitar a los pacientes internados y llevar su tradicional sonrisa.

El momento que atraviesan no es fácil pero por prevención sólo pueden esperar a que pase este difícil contexto. Así lo expresó Rosana Punazzo, formadora en San Juan, de Payamédicos, quien explicó que en la provincia hay 70 personas de 18 años para arriba que se formaron para ayudar con una sonrisa y que extrañan poder servir de esa forma a la comunidad.

"Es complicado este momento. Está parado a nivel nacional, nos regimos por la asociación civil y nos acatamos de lo que viene de allá. Nos pidieron que no lo hiciéramos y se pensó en virtual pero es difícil que el paciente esté con el celular en la habitación con su estado de salud", expresó "Ros", como es conocida en el equipo, a Diario La Provincia SJ.

La profesional, que es formadora en el ciclo de payateatro, confesó que todos "extrañamos un montón" la posibilidad de llevar la energía a los internados del Hospital Rawson porque además de ser una actividad solidaria y es un "cable a tierra". Durante estos meses, en alguna ocasión impulsaron hacer algunos videos cada uno desde su casa y luego editarlos pero saben que el resultado no es el mismo. 

"Cuesta, no solo a mi que soy formadora y dicto los cursos de teatro. El hecho de abrir el placard y ver el traje de doctora, de nuestro personaje colgado, es muy triste. Te encontrás con 'la doctora' colgadita, en espera y duele un poquito. Uno siempre está poniéndole pilas y ganas, pensando en que esto va a pasar y tiene que pasar", agregó.

Rosana señaló que tanto ella como todos los que forman parte de este camino disfrutan "mucho" del encuentro con el paciente, de la misma forma que ellos expresan su alegría al verlos con sus atuendos de colores y su enérgico andar. Los pacientes los esperan, pese a que las "realidades son distintas".

"La nariz es la máscara más pequeña que tenemos y nos ayuda a retener lo malo. Entramos al hospital viendo al paciente, el produciente, y tratamos de sacar lo más lindo. Lo que quiere el paya es que produzca el paciente. Jugamos con la parte sana de él, siempre desde una ética y una estética", explicó la payamédica.

La parte ética implica no decir malas palabras, no emplear doble sentido y ser sencillo. Apunta a jugar, si sale la risa en buena hora, pero se enfocan en la risa, como instrumento de la felicidad. En cuanto a la estética, apuntan a la vestimenta con muchos colores vivos y fluor. 

"Este momento es difícil para todos. Tenernos que adaptarnos porque no teníamos pensado esto y no estábamos preparados. De una rutina, de equipo de salud, pasamos a esto. Se está extrañando", expresó confesando que el atuendo que se usa es como un "vestido de gala" y el valor que tiene es muy alto porque de hecho ellos mismo lo hacen.

En este proceso, ahora los payamedicos esperan que en marzo del año que viene les puedan habilitar regresar a la acción.

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