Día del Padre

“Ellos me eligieron”: Guillermo, el sanjuanino que apostó por la adopción múltiple y celebra un día del Padre muy especial

Tras culminar los pasos legales necesarios, el matrimonio Fernández- Escobar tramitó y recibió hace pocos meses los DNI de los hermanitos Agustín y las mellizas Daniela y Julieta que llegaron para agrandar el corazón de su familia. Una historia en la que ganó el amor.
domingo, 21 de junio de 2020 07:29
domingo, 21 de junio de 2020 07:29

En la casa de Guillermo Fernández no faltan las risas de niños y las ocurrencias más lindas. Tienen tres razones que impulsan su vida y que llegaron “por elección de amor”.

Hace unos años, el actual presidente del Colegio de Arquitectos de San Juan y su esposa Yanina Escobar decidieron emprender el camino de postularse como familia para recibir hijos en adopción. Trámite va, trámite viene y entrevistas de por medio, sabían que el proceso no era sencillo pero estaban decididos a ser papás. Por eso, cuando les hablaron sobre tres hermanitos que vivían en una residencia y esperaban por una familia no lo dudaron y consideraron la adopción múltiple. Pero en esto son claros: afirman que son los chicos quienes tras conocerlos los eligieron.

Se trata de Agustín y de las mellizas Daniela y Julieta que desde hace pocos meses acompañaron a Yanina y Guillermo al Registro Civil para retirar sus nuevos DNI en los que legalmente ya figuran sus nuevos apellidos. Un día que los volvió a marcar para siempre pero que Guillermo sabe que fue un escalón más en una relación que se forjó en el amor desde el día uno.

En este día del Padre tan especial, Guillermo contó a Diario La Provincia SJ que “lo más importante y la diferencia es que soy papá porque me eligieron y la mamá tiene ese rol porque la eligieron. No hay restricciones ni secretos en esto; es más hay una cuota de sinceridad extra con los chicos porque se les explica y se les dice todo. No nos guardamos nada con ellos que llegaron a completar nuestra familia”.

Es que esa es la base de su relación con Agustín que llegó a sus vidas cuando tenía 4 años y las mellis Daniela y Julieta que tan sólo tenían 2. Actualmente, tienen 8 y 6 años. En su primera salida, compartieron helados y muchas risas en una charla que ya iba sellando su relación de amor.

Yanina y Guillermo, en la primera salida que compartieron con los chicos. Tenían 4 y 2 años.

“Tuvimos una necesidad de ser familia en su momento y además, la capacidad de dar amor. El proceso legal es sólo eso y como tal requirió paciencia y fuerza de voluntad. Tuvimos que ser muy comprensivos con todas las personas que nos atendieron porque eso nos ayudó a llevar la adopción a buen fin”, resaltó.

El orgulloso papá define a sus hijos como “incondicionales” y que en su rol “nos complementamos a diario con la mamá. Sin estas dos patas, la familia bien constituida es imposible de concebir. Ellos dan todo por nosotros y nos brindan un amor único. Es algo imposible de encontrar. Ver el brillo de sus ojos cuando llego del trabajo o les explico algo, es indescriptible; su entrega es indescriptible”, señala. Le resulta también imposible no destacar la madurez de sus pequeños debido a lo que vivieron antes de llegar a ellos y con el proceso de adopción.

“Vienen de una vida en la que tuvieron conversaciones de adultos y estuvieron en permanente relación con otros adultos. Así llegaron a nosotros que, por otra parte, tuvimos que aprender a hablar su idioma de niños, algo que tiene mucho de amor y de sentimiento. Lo mejor que nos pudo pasar fue volver en el tiempo y hablar como cuando éramos chicos”, reconoce Guillermo.

Acerca de cómo se sienten ahora, destaca que “somos una familia como cualquier otra. No son nuestros hijos desde que tienen nuestro apellido sino desde el primer momento en que nos vimos; desde que nos vieron y quisieron estar con nosotros. Serán nuestros hijos hasta el día que no estemos sobre la Tierra. Lo más importante es ver esas caritas de alegría y a veces, también de enojo. Entonces, simplemente tenemos que darles comprensión y ponerlos en el camino. No hay secretos con ellos y vemos su necesidad de expresarnos su afecto, siempre”.

Y reflexiona: “lo más lindo es tenerlos con nosotros y por supuesto, hay días buenos y malos. Pero lo importante es compartir y mostrarles que una familia es lo más importante que se puede tener en la vida. Esa es la enseñanza más importante que podemos darles. Ellos son nuestros hijos y no dejarán de serlo".

Un papá muy amado

Yanina, esposa de Guillermo, contó que es el gran consentidor de sus pequeños, sobre todo de las chicas. “Le faltó decir que lo compran y lo venden las mellis con la misma moneda”, dice entre risas.

Y expresa, “juntos aprendimos de nuevo a ser niños. Es fantástico verlo reír a carcajadas con las salidas de los niños. Está muy presente y siempre preocupado por llevarlos por el buen camino. No les ocultamos nada a los chicos y en casa, el tema de la adopción es muy común; es tan normal que nunca hubo un reproche por parte de los chicos. Jamás, jamás”.

Y aunque resalta que ella es “muy besuquera y querendona y por ahí, él es más tranqui con eso”, Guillermo “está al pendiente de lo que necesitan. Les enseña valores y muchas cosas lindas. Nuestros hijos lo ven trabajar y que me acompaña mucho a mí, que ahora estoy estudiando en la facultad. Se queda con ellos y los entretiene mientras tomo clases virtuales, por ejemplo. Abrazan a un muy buen papá”.

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